El 23 de noviembre de 2022, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos emitió una Orden de Retención (WRO, por sus siglas en inglés) contra su producción de azúcar y productos azucareros producidos por Central Romana Corporation, Ltd (Central Romana) en la República Dominicana. La Sección 307 de la Ley Arancelaria de 1930, prohíbe la importación a los Estados Unidos de toda la mercancía producida en su totalidad o en parte con trabajo forzado o en encarcelamiento o prisión. Por lo tanto, a partir del 23 de noviembre de 2022, todos los bienes de azúcar producidos por el Central Romana en la República Dominicana no pueden entrar en el mercado estadounidense, aunque pueden ser exportados y enviados a otro país.
Esta orden de restricción se produce apenas unas semanas después de que Corporate Accountability Lab (CAL) y otras ONGs emitieran una carta pública a la Administración Biden instando al gobierno a tomar estas medidas respecto a este asunto. La CBP encontró cinco indicadores de trabajo forzoso en los bateyes de Central Romana (pueblos de la compañía donde viven los cortadores de caña), incluyendo abuso a las condiciones de vulnerabilidad, el aislamiento, la retención de salarios, las condiciones abusivas de trabajo y de vida, y horas extras de trabajo excesivas. Al ser la tercera WRO en 2022 -y una que bloquea los productos de un gran importador-, se trata de un paso importante para combatir el trabajo forzoso.
Este WRO debería haberse realizado hace mucho tiempo, ya que ha sido un secreto abierto durante décadas que las condiciones de vida y de trabajo en los bateyes de Central Romana equivalen a trabajo forzoso. Las aborrecibles condiciones laborales en la industria azucarera dominicana son tan conocidas que los Estados Unidos y la República Dominicana establecieron un grupo de trabajo técnico para "ayudar a mejorar la aplicación de la ley laboral en el sector azucarero dominicano." CAL también testificó ante el Congreso sobre este mismo tema en 2021 y en septiembre de 2022, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos encontró violaciones laborales en la industria azucarera dominicana.
El poder político de Central Romana
Central Romana ha explotado su mano de obra cautiva y vulnerable a través de su poder político y sus fuertes conexiones con el gobierno dominicano. Como el mayor terrateniente privado de la República Dominicana, se le ha denominado "un gobierno dentro de un gobierno". El periodista Sandy Tolan explicó que "la riqueza que tiene Central Romana le da una especie de autonomía política y económica en la República Dominicana; esencialmente es un estado dentro de un estado, con profundos vínculos con la élite gubernamental y comercial del país" (traducido del inglés al español). El hecho de que el ex presidente de la Central Romana también haya sido vicepresidente, ministro de Asuntos Exteriores y embajador de la República Dominicana en Estados Unidos es emblemático de estas profundas relaciones. Por lo tanto, no es de extrañar que Central Romana tenga cerca del 63% de la cuota de importación de la República Dominicana.
En los Estados Unidos, la Corporación Fanjul también ha cultivado sus conexiones políticas, con los hermanos Alfonso y Pepe Fanjul donando grandes sumas a ambos partidos, el republicano y el demócrata. En 2016, por ejemplo, los dos hermanos organizaron dos actos de recaudación de fondos: Alfonso organizó uno para Hilary Clinton y su hermano Pepe coorganizó uno para Donald Trump. Además, la industria azucarera donó grandes sumas de dinero a los políticos, con un estimado de 40 millones de dólares donados entre 1990 y 2016. La Corporación Fanjul también se aprovecha de los subsidios azucareros, y los economistas estiman que la empresa recibe al menos 150 millones de dólares en subsidios anualmente.
Trabajo forzado en los bateyes de Central Romana
Durante años, los cortadores de caña de Central Romana han trabajado en condiciones peligrosas, a menudo trabajando más de diez horas al día bajo el caluroso sol, cortando la caña de azúcar con machetes y ganando una miseria salarial. La mayoría de los trabajadores viven en los bateyes de Central Romana en viviendas en muy mal estado, muchas de las cuales no tienen agua potable ni electricidad. Además, la mayoría de los trabajadores de Central Romana son haitianos o de descendencia haitiana. Aunque muchos han nacido en los bateyes, a menudo carecen de documentación y de un estatus migratorio regular, como resultado de las leyes discriminatorias del pais.
La Central Romana ha explotado la vulnerabilidad de sus trabajadores para mantenerlos en condiciones de trabajo forzado. Un estudio realizado en agosto de 2022 por el profesor de la Universidad de Howard, Nikongo BaNikongo, descubrió que Central Romana utiliza amenazas como "denunciar a las autoridades a las personas que carecen de documentación regular [como] una herramienta estándar de aplicación de la ley..." Los trabajadores también han denunciado que fueron engañados sobre las condiciones de trabajo durante la contratación, y que fueron atraídos a la República Dominicana por reclutadores que prometían salarios más altos, tiempo libre remunerado, contratos por escrito y pago de horas extras, nada de lo cual se materializó.
Al parecer, la Central Romana también ha contratado a guardias nocturnos "de estilo paramilitar" que son tan abusivos que incluso los miembros de la fuerza de seguridad diurna de la empresa han expresado su temor. Un ex guardia del Central Romana comentó a los periodistas que sus "armas, los uniformes negros de pies a cabeza y las máscaras faciales completas... crean una atmósfera de intimidación para que los cortadores de caña y sus familias 'vivan siempre con miedo'".
Mientras los trabajadores de los bateyes del Central Romana han sido sometidos a atroces condiciones de trabajo y de vida, la Central Romana y su empresa matriz, la Fanjul Corporation, con sede en Florida, han seguido obteniendo grandes beneficios vendiendo azúcar en Estados Unidos. El azúcar de Fanjul Corporation se vende bajo marcas conocidas, como Domino Sugar, Florida Crystals, C&H, Redpath y Tate & Lyle, y también venden a grandes empresas como Hershey. Dirigida por los hermanos Alfonso y José Pepe Fanjul, la Corporación Fanjul y sus subsidiarias producen más de 7 millones de toneladas de azúcar cada año.
Central Romana debe remediar a sus trabajadores
La WRO es un primer paso en la lucha para que la Central Romana trate a sus trabajadores de manera justa. La CBP puede levantar este WRO, permitiendo que los productos de la empresa vuelvan a entrar en el mercado estadounidense, si la empresa demuestra que ha remediado la situación y a sus trabajadores. El reto ahora es garantizar que la Central Romana remedie el daño a los trabajadores en la mayor medida posible. La reparación debe incluir la mejora de las condiciones laborales, incluyendo la provisión a los trabajadores de un salario digno y contratos por escrito; el cumplimiento de todas las leyes laborales locales y la provisión a los trabajadores de equipos de protección adecuados; la provisión a los trabajadores de vivienda y saneamiento adecuados, incluyendo el acceso redes eléctricas y al agua potable; el cese de todas las represalias y amenazas contra los trabajadores y los defensores de los derechos humanos; el cese del uso de guardias nocturnos contratados de estilo "paramilitar" y de otros guardias armados que intimidan a los trabajadores; y la asistencia a los trabajadores para que tengan acceso a la documentación y la regularización de su situación legal.
Recibimos esta WRO y urgimos al CBP a que se asegure de que Central Romana adopte y a haga cumplir medidas efectivas para remediar las atroces condiciones de trabajo y el trabajo forzoso que tienen lugar en su propiedad y en las condiciones que la empresa creó.
Allie Brudney es abogada del Corporate Accountability Lab.