Ha pasado exactamente un año desde que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP) emitió una orden de retención (WRO) que bloqueaba las importaciones de azúcar en bruto y productos a base de azúcar del Central Romana Corporation, Ltd. en los Estados Unidos, basándose en indicadores razonables de trabajo forzoso en la cadena de suministro de la empresa.
Como cualquier empresa que se enfrenta a una WRO, si Central Romana desea recuperar el acceso al mercado estadounidense mediante la modificación de la WRO, tendrá que abordar eficazmente los indicadores de trabajo forzoso en los que se basa la WRO (que se fundamentan en normas internacionales) y demostrar a la CBP que ha remediado todas las indicadores de trabajo forzoso.
Sin embargo, CAL ha reunido evidencia a través de comunicaciones sostenidas con los cañeros, defensores de los derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil en la República Dominicana, una visita de campo a principios de este año, y la investigación documental sobre el lobby de Central Romana que sugiere que durante los 365 días desde que se bloqueó la entrada de su azúcar a los Estados Unidos, el Central Romana ha optado por implementar sólo cambios superficiales para los cañeros y utilizar estrategias políticas en un aparente intento de hacer desaparecer la WRO.
Este blog ofrece una breve introducción a la industria azucarera dominicana, que Central Romana domina, seguida por las impresiones de CAL de los principales pasos que Central Romana ha tomado desde que comenzó a enfrentarse a las consecuencias adversas del mercado por utilizar el trabajo forzoso.
Central Romana y la industria azucarera dominicana
El Central Romana es una empresa privada que pertenece en parte a la estadounidense Fanjul Corporation, dirigida por la billonaria familia Fanjul. Los Fanjul, que están muy bien conectados políticamente en la República Dominicana y son grandes donantes a ambos lados del pasillo político en los Estados Unidos, también son propietarios de ASR Group, el mayor refinador y comercializador de azúcar de caña del mundo, que suministra azúcar a Hershey y vende azúcar a los consumidores bajo marcas como Domino y C&H.
El Central Romana es el mayor propietario de tierras y el mayor empleador privado de la República Dominicana. La amplitud de sus operaciones es enorme. Es al mismo tiempo el mayor productor de azúcar y carne de res del país, un fabricante de furfural y hierro, y una fuerza inmobiliaria y turística. Tiene su propio sistema de ferrocarril, puerto marítimo y aeropuerto. La empresa gestiona el famoso complejo turístico Casa de Campo (donde se hospeda gente como Jennifer López) y un complejo de lujo (donde miembros de la elite internacional tienen villas en la playa) en la misma propiedad donde, escondido en un laberinto de caña de azúcar, fuera de la vista de las carreteras principales, explota su cañaveral que depende del trabajo forzoso de migrantes y descendientes de migrantes de Haití, la gran mayoría de los cuales son indocumentados o apátridas.
El Central Romana es uno de los tres principales productores de azúcar de la República Dominicana, y la empresa produce mucho más que sus contrapartes, el Consorcio Azucarero de Empresas Industriales (CAEI) y el Consorcio Azucarero Central (CAC). Este trío produce más de 600.000 toneladas métricas de azúcar al año. Estados Unidos es el principal comprador de azúcar dominicano, y la República Dominicana es el principal exportador de azúcar a Estados Unidos, ya que se le concede regularmente el contingente arancelario (TRQ) anual de Estados Unidos.
Ha sido un secreto a voces durante décadas que la mano de obra haitiana y descendiente de haitianos en Central Romana y en toda la industria azucarera dominicana soporta condiciones de vida y de trabajo deplorables. De hecho, la Oficina de Asuntos Laborales Internacionales (ILAB) del Departamento de Trabajo de EE.UU. ha publicado siete informes periódicos desde 2013 sobre las condiciones de trabajo peligrosas y el abuso sistemático de los derechos laborales en el sector, a raíz de una denuncia condenatoria sobre abusos de los derechos laborales que se presentó en virtud de un mecanismo comercial dominicano-estadounidense hace más de una década.
Los cañeros del Central Romana son especialmente vulnerable a la explotación porque la mayoría son indocumentados o apátridas, lo que significa que no son ciudadanos de ningún país. El estatus apatria es relativamente común en las comunidades de descendientes de haitianos en la República Dominicana desde que una decisión judicial de 2013 revocó la ciudadanía por derecho de nacimiento para los hijos de padres extranjeros y se aplicó con carácter retroactivo. Los migrantes haitianos y sus descendientes en la República Dominicana se enfrentan a discriminación y abusos generalizados, y corren el riesgo constante de ser deportados, aun mas cuando hacen valer sus derechos.
Cuando emitió la WRO contra el azúcar del Central Romana el noviembre pasado, la CBP identificó la presencia de cinco de once posibles indicadores de trabajo forzoso: abuso de la vulnerabilidad, aislamiento, retención de salarios, condiciones de trabajo y de vida abusivas y horas extraordinarias excesivas. Cuando miembros del equipo de CAL visitaron la República Dominicana a principios de este año, identificamos una amplia gama de abusos laborales que se estaban produciendo, incluyendo indicadores de trabajo forzoso que CBP no nombró.CAL y otros grupos de derechos humanos mantienen que indicadores adicionales de trabajo forzoso, incluyendo la intimidación y las amenazas y la servidumbre por deuda también han estado presentes históricamente en Central Romana y deberían haber sido nombrados en la WRO. Las condiciones en Central Romana son tan terribles que agentes especiales de las Investigaciones de Seguridad Interior (HSI) de EEUU han iniciado una investigación criminal sobre el caso.
Mientras que la WRO contra el azúcar de Central Romana - y un verdadero ajuste de cuentas con sus prácticas - estaba muy atrasada, el día después de que la CBP emitió la WRO, la empresa publicó un comunicado de prensa que refleja el "gran asombro" con el que recibió las denuncias de trabajo forzoso. Prometió: "Mantenemos la cabeza en alto porque sabemos que durante más de un siglo hemos actuado correctamente, enfrentando los retos con determinación y gestionando su resolución de manera constante." Desde entonces ha mantenido esta postura.
Panorama del año
La dirección empresarial del Central Romana, sus asesores jurídicos, sus grupos de lobby en el capitolio de los EEUU y sus representantes en el sindicato dominado por la empresa, el Sindicato Unido de Trabajadores, han trabajado duro durante el pasado año, pero al parecer no por la vía tradicional de remediar el trabajo forzoso. A continuación se exponen algunos aspectos destacados.
Actividad en el Capitolio de los EEUU
Sólo en los tres primeros cuatrimestres de 2023, el Central Romana gastó casi un cuarto de millón de dólares en presionar a funcionarios del gobierno estadounidense en torno a la WRO. Los documentos de acceso público facilitados de conformidad con la Ley de Divulgación de Actividades de Lobby de los Estados Unidos muestran que, hasta la fecha este año el Central Romana ha gastado 231.000 dólares en las actividades de dos firmas de lobby: Akin Gump Strauss Hauer & Feld y Patino Brewster & Partners, LLC (entre cuyos lobistas se encuentra James "Wally" Brewster, ex Embajador de EEUU en la República Dominicana). Según estas declaraciones, este dinero se gastó en presionar al Senado de los Estados Unidos, la Cámara de Representantes, el Departamento de Estado, el Departamento de Transporte y la CBP, el mismo organismo que emitió la WRO contra el azúcar del Central Romana.
El mes pasado, otra firma, Barsa Strategies (cuyo lobista, John Barsa, ocupó anteriormente un cargo directivo en el Departamento de Seguridad Interior, DHS), se registró para hacer lobby en nombre del Central Romana sobre "cuestiones relacionadas con la importación a EE.UU. de productos agrícolas".* Estas revelaciones indican que tres firmas están trabajando para que desaparezca la WRO del Central Romana.
Central Romana gastó $231.000 para hacer lobby con respecto a la WRO en los primeros tres cuatrimestres del 2023
En el primer cuatrimestre de 2023, Akin Gump reveló que Central Romana le pagó $50.000 por hacer lobby sobre la "orden de retención del azúcar"* ante la Cámara de Representantes.
En el segundo trimestre de 2023, Patino Brewster & Partners (entre cuyos lobistas se encuentra el ex embajador de EEUU en la República Dominicana) reveló el pago de $25.000 del Central Romana por hacer lobby sobre "cuestiones laborales y de migrantes, incluida la orden de retención y la documentación de los migrantes, en el sector azucarero"* ante el Departamento de Estado y la CBP.
En el tercer cuatrimestre del 2023, Akin Gump divulgó el pago de $30.000 por hacer lobby sobre "la orden de retención en el sector azucarero"* ante el Senado, la Cámara de Representantes y el Departamento de Estado de EEUU. Patino Brewster & Partners divulgó el pago de $126.000 por hacer lobby sobre "asuntos laborales y de migrantes, incluyendo orden de retención y documentación de migrantes, en el sector azucarero"* ante el Departamento de Estado, CBP y el Departamento de Transporte.
Actividad en los campos y los bateyes
A pesar de que el Central Romana declara que "ha logrado que un 50% de toda la caña producida sea de manera automática, lo que eliminó la dependencia del uso de la mano de obra extranjera para estas labores, en especial de los braceros haitianos", el trabajo manual realizado por miles de trabajadores sigue siendo una parte esencial del proceso de cultivo y cosecha de la caña de azúcar, y las condiciones de trabajo no han cambiado significativamente en el último año.
Abordar la servidumbre por deuda sistémica
Informes creíbles indican que algunos trabajadores han sido sometidos a servidumbre por deuda en el Central Romana. Por ejemplo, a principios de este año, varios cañeros informaron a CAL de que habían pagado a un reclutador (un buscón) una suma más elevada de la que podían pagar de su bolsillo para que los trajera de Haití a la República Dominicana para trabajar en las cañaverales del Central Romana. Cuando estos trabajadores llegaban, aunque se opusieran a las condiciones que encontraban o quisieran marcharse por cualquier motivo, informaron de que tenían que trabajar para pagar la deuda que tenían con los buscones. Varios de estos trabajadores describieron situaciones calamitosas como la pobreza extrema y la ausencia de un trabajo estable en Haití como el contexto a partir del cual aceptaron asumir la deuda por la reclutación y a lo que se refirieron como "tráfico de trabajadores".
Basado en informes adicionales de trabajadores, CAL parece que históricamente ha sido aún más común que los trabajadores entren en servidumbre por deuda cuando toman préstamos informales de partes privadas para complementar sus salarios, que no constituyen un salario digno. Los cañeros del Central Romana han informado a CAL de que periódicamente tienen que solicitar préstamos para llegar a fin de mes, a menudo cuando un miembro de la familia requiere atención médica o fallece y no hay dinero para un servicio funerario. Los cañeros informan de que obtienen préstamos de cualquier fuente que pueden en estas circunstancias, a veces de miembros de la comunidad aparentemente no afiliados a Central Romana, y otras veces de empleados de mayor rango de Central Romana. Varios cañeros informaron a CAL a principios de este año de que los pagos de los préstamos se gestionaban normalmente con la entrega de su carné de empresa al prestamista como garantía y como mecanismo de pago directo. Los cañeros alegan que los prestamistas, ya fueran empleados del Central Romana u otros, utilizaban esos carnés para recaudar semanalmente de la nómina del Central Romana y embolsarse el salario del trabajador correspondiente hasta que se hubiera pagado la deuda y los intereses. Estos cañeros declararon al CAL que tenían que seguir trabajando, y a veces incluso aumentaban la cantidad de caña que cortaban hasta niveles físicamente peligrosos, para pagar sus deudas.
CAL tiene entendido que el Central Romana ha despedido a algunos supervisores que participaron en esquemas de préstamos que pueden haber mantenido a los trabajadores en ciclos de servidumbre por deudas. Este es un avance positivo. Sin embargo, a CAL le preocupa que, sin un aumento salarial significativo y un mayor acceso a los servicios sociales, continúe la vulnerabilidad estructural de los cañeros a la servidumbre por deuda. Los trabajadores siguen necesitando fondos adicionales para cubrir sus necesidades básicas, y el hecho de que Central Romana no pague a los trabajadores un salario digno los hace vulnerables a los sistemas de préstamos abusivos y a la servidumbre por deuda, tanto si el personal de Central Romana está implicado en esos sistemas de préstamos como si no.
Electricidad en los bateyes
Miles de los cañeros del Central Romana y sus familias viven en comunidades propiedad de la empresa en lo que se llaman bateyes. El Central Romana afirma que los bateyes más cercanos a la ciudad de La Romana "cuentan con servicio de agua potable y energía eléctrica suplida por la compañía" y que los bateyes más aislados tienen electricidad suministrada por la compañía eléctrica estatal. Sin embargo, la gran mayoría de los bateyes, algunos de los cuales existen desde hace décadas, nunca han tenido electricidad y siguen sin tenerla. (Esto parece intencional para una empresa que genera su propia electricidad para su negocio turístico).
En los últimos meses, Central Romana ha instalado paneles solares para suministrar electricidad a algunos bateyes. Se trata de un avance esencial para la dignidad de los trabajadores, pero a la empresa le queda mucho por hacer para garantizar que todos los trabajadores y sus familias dispongan de electricidad- y lo suficiente- para mejorar sus condiciones de vida de manera significativa. Los trabajadores han informado de que en algunos lugares donde se han instalado paneles solares, la electricidad generada sólo es suficiente para que unas pocas personas carguen sus celulares. (En el pasado, los cañeros informaron de que tenían que pagar a los supervisores cuyas casas tenían electricidad para cargar sus celulares). Estos trabajadores informan de que en dichos bateyes no se ha generado electricidad suficiente para utilizar electrodomésticos que ayudarían a las familias a cocinar, lavar la ropa, utilizar ventiladores para soportar el calor, conectar un televisor para combatir el aislamiento o cualquier otra cosa. Además, como se discute más adelante, algunos cañeros que tenían acceso a la electricidad antes de la WRO han sido reubicados en bateyes que carecen de acceso a la electricidad debido a la reconfiguración de los bateyes de Central Romana.
Reconfiguración de los bateyes
Además, el Central Romana parece estar reconfigurando sus bateyes. Esto puede ser -esperamos- parte de un plan a largo plazo de la empresa, aunque desarrollado sin consultar a los cañeros y sus familias que viven en los bateyes, para mejorar las condiciones de vida para los cañeros y sus familias que viven en la propiedad de la empresa. Sea cual sea el plan definitivo, en el último año miles de habitantes de los bateyes han sido desalojados forzosamente de sus hogares y reubicados, a veces en bateyes donde las condiciones son peores.
Tal fue el caso del batey Peligro, una comunidad de viviendas donde vivían hasta este verano más de 90 familias de cañeros de Central Romana. Algunas familias de Peligro habían vivido en el batey durante generaciones. A diferencia de la mayoría de los bateyes, el Batey Peligro tenía electricidad y su ubicación permitía a los residentes acceder a escuelas y otras necesidades, incluida la atención médica, sin tener que pagar elevadas tarifas de transporte. En la primavera de este año, personal del Central Romana empezó a informar a los residentes de Peligro de un inminente desalojo y demolición de su batey. La comunidad se indignó y la empresa detuvo temporalmente el proceso de desalojo después de que Guamate TV Radio, un medio de comunicación local, cubriera el caso en abril del 2023.
Sin embargo, una vez que la cobertura cesó, se desalojó a más de 90 familias y se demolió el batey. Sin proporcionar a los residentes información sobre un plan de vivienda a más largo plazo, personal del Central Romana desalojó por la fuerza a toda la comunidad de Peligro, dando a los residentes una sola opción: reubicarse en Batey Bermejo, un batey más aislado y sin electricidad.
En la página de facebook de Guamate TV Radio se puede ver un vídeo con entrevistas a los residentes. Al final del vídeo, niños y adolescentes residentes en Peligro piden, al unísono, que Central Romana no destruya su batey.
Cambios en el salario
Este año, el Central Romana acordó aumentar los salarios de los cañeros un 18% a lo largo de tres años. Aunque los aumentos salariales son muy necesarios, esta cantidad no es suficiente para que los trabajadores cubran sus necesidades básicas. Además, el aumento se decidió en negociaciones con el Sindicato Unido de Trabajadores, un sindicato controlado por la empresa, que ha funcionado durante 60 años sin haber logrado mejoras significativas para los cañeros. De hecho, los trabajadores cañeros han manifestado a CAL reiteradamente que el Sindicato Unido no sólo no los representa, sino que es el mayor obstáculo al que se enfrentan. Aunque el Sindicato Unido ha recaudado más de 15 millones de pesos (más de 250.000 dólares) en cuotas este año, tiene poco que mostrar. Los cañeros siguen denunciando que se les amenaza con el despido y/o el desalojo cuando se quejan de las condiciones de trabajo.
Además de aumento salarial inadecuado para los cañeros, la empresa pagó bonos menores a los que había pagado históricamente, alegando menores ganancias basadas en el WRO. Históricamente, el Central Romana ha pagado bonos a los cañeros al final de la temporada de cosecha y al final del año en función del número de días trabajados. La ley dominicana exige que las empresas paguen anualmente a los trabajadores una parte de sus beneficios netos. Sin embargo, al final de la zafra, en junio, el Sindicato Unido anunció, mediante notificaciones escritas y su programa de radio, que este año no se pagarían las bonificaciones contempladas en su convenio con la empresa (basadas en la cantidad de caña cortada y azúcar vendida a los Estados Unidos). Según se informa, después de que los cañeros presionaran con un paro, la empresa accedió a pagar aproximadamente un tercio de la cantidad de bonos que los cañeros habían previsto originalmente.
Los trabajadores también informan de que Central Romana ha empezado a proporcionar prestaciones a algunos cañeros mayores, una antigua demanda de los cañeros que han cotizado al sistema de seguridad social del gobierno durante décadas, pero que no pueden acceder a sus prestaciones si son indocumentados. CAL ha sido informado de que algunos cañeros que han trabajado en los campos del Central Romana durante 50 años han empezado a recibir pequeñas prestacoines de la empresa. Aunque las pensiones son esenciales para la dignidad de los trabajadores y la justicia económica, la cantidad que Central Romana está ofreciendo a los cañeros (al parecer entre 1.000 y 2.000 dólares) es demasiado poco para que los cañeros puedan vivir el resto de sus vidas, o incluso jubilarse con dignidad. Además, algunos trabajadores a los que se ha ofrecido una pensión en el último año informan de que han recibido un aviso de desalojo al mismo tiempo, lo que les deja sin donde ir.
Acceso a la atención médica
El Central Romana anunció recientemente un acuerdo para ampliar el seguro médico a todos los trabajadores, incluidos los cañeros, lo que, si se aplica de forma integral, mejorará la vida de los cañeros. Sin embargo, según el anuncio de la empresa, parece probable que las familias de los cañeros, incluidas las mujeres y los niños que viven en los terrenos de la empresa, queden excluidas de la cobertura, lo que significa que una parte significativa de los residentes de los bateyes seguirá sin seguro.
Aunque el seguro médico para los trabajadores es un paso adelante, debe formar parte de un plan más amplio para mejorar las condiciones de vida y de trabajo y el acceso a la atención médica para los cañeros y sus familias, por ejemplo, garantizando que los cañeros tengan días de permiso por enfermedad, que dispongan de transporte seguro y accesible a los centros de salud, que tengan suficiente agua potable para tomar en los bateyes y en los campos (muchos cañeros desarrollan enfermedades renales debido a años de deshidratación) y que tengan acceso a un saneamiento adecuado. Además, los trabajadores denuncian que no existe un sistema integral para indemnizar a los trabajadores y proporcionarles asistencia médica cuando se producen accidentes en los campos. Por último, es posible que el seguro no sea el mayor obstáculo para la asistencia médica de los cañeros indocumentados, muchos de los cuales permanecen en los terrenos de la empresa en la medida de lo posible para evitar el riesgo de deportación o de ser recogidos por funcionarios de inmigración para ser liberados previo pago de un rescate, como es habitual.
De hecho, CAL considera que los comunicados de la empresa sobre la disponibilidad diaria de unidades médicas móviles no concuerdan con la experiencia vivida por los cañeros. Aunque la empresa lleva mucho tiempo afirmando que proporciona acceso médico a todos los cañeros de los bateyes, incluido el acceso al hospital del Central Romana, los trabajadores han negado que exista tal acceso. En general, los servicios médicos que la empresa pretende proporcionar a todos los trabajadores difieren en gran medida de los que los cañeros afirman tener en la práctica. CAL se mantendrá escéptico ante estas promesas hasta que obtengamos la verificación de los trabajadores.
Enfoque en la sociedad civil
Desde que la CBP emitió el WRO, el Central Romana parece haber intensificado su enfoque para acallar a sus críticos en la República Dominicana y los Estados Unidos. En su forma más leve, esto se ha visto como una posición de no colaborar con las organizaciones de derechos humanos que se han acercado a él sobre la oportunidad de abordar integralmente los abusos contra los derechos humanos a través de un programa sostenible impulsado por los trabajadores. Como declaró recientemente Charity Ryerson, Directora Ejecutiva de CAL, a Mother Jones, "los defensores de los derechos laborales se ofrecieron a colaborar con la empresa para desarrollar una solución innovadora y a largo plazo para estos trabajadores [...] Central Romana desaprovechó esa oportunidad al no comprometerse de buena fe".
En su caso más extremo, los miembros de las organizaciones de la sociedad civil de la República Dominicana que están dando la voz de alarma sobre las condiciones en Central Romana temen por su seguridad y denuncian un aumento de las amenazas y la intimidación por parte de personas que creen que son agentes de la empresa. Además, el Sindicato Unido, dominado por la empresa, ha aumentado su programación antiobrera en la radio local (La Romana 107.5 FM, La Voz del Trabajador), difundiendo a menudo información errónea sobre los derechos de los trabajadores y amenazas contra organizadores sindicales y defensores de los derechos humanos.
Lo que viene
Un año después de que la CBP emitiera un WRO que bloqueaba las importaciones de azúcar del Central Romana del mercado estadounidense por motivos de trabajo forzoso, los avances de la empresa en la remediación han sido poco impresionantes. Ya es hora de que la empresa reoriente sus recursos hacia donde deberían haber ido en primer lugar: una reparación eficaz y sostenible por y para los cañeros. Los cañeros y la sociedad civil continuaremos a exigir nada menos.
*Traducciones no oficiales, hechos por CAL.
Este blog también está disponible en inglés.